La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y que protege al ser humano, existiendo varios tipos, con sus ventajas e inconvenientes: Podemos tener una piel seca (la cual necesitará mayor hidratación que una piel grasa), una piel grasa, una piel mixta o una piel normal. Nuestra piel puede estar más seca en alguna época del año: En verano sufre los excesos del sol y del calor y, en invierno, sufre los efectos de los ambientes secos y con un bajo nivel de humedad, a causa de las calefacciones y aires acondicionados. Especialmente la piel del rostro, al estar permanentemente expuesta a los anteriores agentes externos físicos, presenta un mayor grado de deshidratación. La  pérdida de agua en la piel del rostro, provoca una alteración de las propiedades bioquímicas y biomecánicas en la epidermis y dermis, perdiendo flexibilidad, volviéndose más frágil y flácida, proyectando un aspecto opaco, acartonado, con sensación de tirantez, rugosa y áspera al tacto. Todo lo cual, va a provocar un envejecimiento cutáneo precoz y numerosas imperfecciones en la piel. Independientemente del tipo de piel que tengamos, podemos necesitar puntualmente un aporte …